jueves, 16 de julio de 2009

Santiago de noche te ilumina el alma. Viajo en aquel taxi y veo como las luces pasan sin sentido frente a mis ojos. Aun llevo el sabor de tus besos de fuego en mis labios, mi ropa aun huele a tu casa y mi mente se deleita al recordar tus últimas palabras. Mis ojos no ven nada, solo tus ojos, verdes como los bosques del sur, profundos y misteriosos. Santiago de noche me desquicia, siento que nada avanza. Santiago de noche te contiene en cada uno de sus rincones, tu voz viaja por las calles y el alumbrado, esta ciudad huele a ti. Santiago de noche me transporta, me enternece, me consuela. Santiago de noche eres tú.

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