jueves, 16 de julio de 2009

(Versión 2)
Aún recuerdo la última vez que te ví, las horas pasaban como maquinas de trenes, en aquel anden nunca nadie volvió a pasar. Soñábamos juntos con llenar de amor los rincones marchitos de Santiago. Me subí a un taxi, te bese con la mirada y te dije un hasta nunca y me perdí entre la niebla y la vida. Desde hace tiempo ya te escondes entre mis poemas, recorres mis sueños, eclipsas mis alegrías y mis tristezas. Y a pesar de que alguna vez dije que te había olvidado, la verdad estalla en mil colores. Busco tus ojos entre la gente, la calle Exposición esta inundada con tu aroma, en la Plaza de Armas juegan nuestros sueños y yo cruzo frente a tu ventana y una risa sardónica se apodera de mis músculos, no puedo evitar reír, reír de dolor, reír desesperadamente. Escupir la desazón de no volver a verte. Quiero desangrarme en canciones, llorar hasta sentir que el mundo es una burla, que nadie vive, que nadie siente. Quiero gritar hasta que tus tímpanos revienten, a lo mejor así logras entender lo que paso aquel día, cuando robaste mi conciencia y desarmaste mi paz.

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